En el mundo de las subastas inmobiliarias y las cesiones de remate, existe un concepto poco conocido por el público general, pero fundamental para los inversores experimentados: el precio mínimo legal y las subastas desiertas.
En este artículo te explicamos en qué consisten, por qué ocurren y cómo puedes aprovecharlos para adquirir activos por debajo de su valor de mercado, gracias al conocimiento y la estrategia adecuados.
¿Qué es el precio mínimo en una subasta?
Cuando un inmueble es subastado judicialmente, ya sea por ejecución hipotecaria o por impagos, el juzgado establece un precio de salida basado en la tasación o deuda reclamada. Sin embargo, la ley también marca un precio mínimo de adjudicación, por debajo del cual el bien no se puede adjudicar a un tercero en primera subasta.
¿Cuánto es ese mínimo?
Depende de varios factores:
- Si existe postor, suele rondar entre el 50% y el 70% del valor de tasación.
- Si no hay postores en primera subasta y queda desierta, el ejecutante (normalmente el banco) puede adjudicárselo por ese precio mínimo o incluso por una cantidad inferior si la ley lo permite.
Este precio mínimo protege al deudor de que su vivienda sea rematada por una cantidad irrisoria, pero a la vez abre una puerta a inversores dispuestos a esperar y actuar en el momento adecuado.
Evalúa si tienes capacidad y estrategia para gestionar este tipo de situación. Con Oportunalia puedes contar con acompañamiento legal especializado para recuperar la posesión.
¿Qué es una subasta desierta?
Una subasta desierta ocurre cuando no hay ningún postor dispuesto a pujar por el inmueble al precio de salida. Este fenómeno es más común de lo que parece y suele deberse a:
- Desconocimiento del procedimiento por parte de potenciales compradores.
- Situación compleja del inmueble (ocupado, con cargas, sin visitas).
- Precio inicial demasiado elevado en relación al mercado.
Cuando una subasta queda desierta, el acreedor (banco) se adjudica el inmueble, generalmente al precio mínimo, y lo incorpora a su cartera de adjudicados para posteriormente venderlo en el mercado, muchas veces con descuentos significativos.
Oportunidad para inversores informados
El desconocimiento general de cómo funcionan las subastas y el miedo a los procedimientos judiciales hacen que muchas de ellas terminen sin pujas, dejando inmuebles con precios muy por debajo del mercado para quienes conocen las reglas del juego.
En esta situación, los inversores que:
- Comprenden la legislación.
- Saben identificar los costes y riesgos asociados.
- Cuentan con asesoramiento jurídico especializado.
Pueden adquirir activos a precios notablemente inferiores a su valor real.
Subastas desiertas, alta rentabilidad
Cómo aprovechar esta ventaja con Oportunalia
En Oportunalia, ponemos a tu disposición nuestra experiencia y conocimiento para ayudarte a detectar y aprovechar estas oportunidades únicas:
- Analizamos subastas y cesiones de remate con potencial.
- Calculamos el precio mínimo y la rentabilidad esperada.
- Te acompañamos en todo el proceso jurídico y administrativo.
- Gestionamos la recuperación y regularización del inmueble si es necesario.
Gracias a nuestra metodología, eliminamos la barrera del desconocimiento que impide a muchos inversores participar en este tipo de operaciones.
Las subastas desiertas y el concepto de precio mínimo son una muestra clara de cómo el conocimiento jurídico y estratégico puede marcar la diferencia en el mundo inmobiliario. Mientras la mayoría ve obstáculos, los inversores bien asesorados encuentran verdaderas oportunidades para adquirir inmuebles por una fracción de su valor de mercado.
¿Quieres acceder a estas oportunidades?
En Oportunalia te damos acceso a un mercado reservado para quienes saben detectar el verdadero valor de los inmuebles. Gracias a nuestra experiencia en subastas desiertas y cesiones de remate, te acompañamos en todo el proceso para que inviertas con seguridad, conocimiento y máxima rentabilidad.
Visita www.oportunalia.com y descubre cómo podemos ayudarte a invertir de manera inteligente en el mercado inmobiliario.
